Al llegar a Palermo, sin duda oiràs la palabra «Cássaro», nombre que suena exótico y que nos lleva a un tiempo lejano, cuando Palermo era la capital de un rico emirato.
Cássaro es el antiguo nombre de la calle Corso Vittorio Emanuele, la principal de Palermo desde la fundación por los fenicios en el siglo VIII antes de Cristo.
Palermo fue fundada por los fenicios que implantaron la antigua ciudad, la Paleapolis precisamente, en un promontorio donde se levanta ahora el Palacio de los Normandos. El Cássaro (del árabe Qasr que significa palacio, castillo) era entonces el eje principal que conectaba la ciudad fortificada con el mar.
Cassaro era, hasta el siglo XVI, más corta de lo que es hoy. Se extendió hasta el mar sólo en 1581.
El Cássaro, nombrado en el período barroco Calle Toledo (del entonces virrey García de Toledo) y luego Calle Marmorea (ya que fue la primera calle de Palermo a ser pavimentada en piedra en 1704), está encerrado en ambos extremos por dos hermosas puertas: Porta Nuova en el lado de las montañas y Porta Felice en el lado del mar.
Entre las dos puertas hay una diferencia de altura de 28 metros que crea una vista en perspectiva espectacular de toda la arteria; no te pierdas la oportunidad de incluir en un solo golpe de vista las dos puertas con todo el largo Cássaro que es el corazón de la ciudad, corazón que, con toda su fascinante y rica sucesión de palacios y edificios religiosos, late y da vida a nuestra ciudad desde hace casi tres milenios.
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